Como una de las partes más importantes de los colectores de polvo industriales, la válvula de pulso electromagnético desempeña un papel vital para garantizar la eficiencia y eficacia de la recolección de polvo. Hoy vamos a presentar algunos conocimientos básicos sobre la válvula de pulso electromagnético.
Una válvula de pulso electromagnético es esencialmente un interruptor que controla el flujo de aire comprimido a las bolsas recolectoras de polvo. Durante el ciclo de limpieza, permite que se libere un pulso de aire a alta presión (generalmente de 0,4 a 0,6 MPa) en solo milisegundos, lo que genera ondas de choque, elimina el polvo de la superficie de la bolsa y expulsa el polvo del colector a través del Sistema de escape.
El solenoide electromagnético, que es el componente central de la válvula, está formado por una bobina de alambre y un núcleo de hierro con un émbolo. Cuando se energiza (1/10 segundos), el émbolo se mueve hacia arriba, abriendo los puertos de la válvula y permitiendo el paso del aire comprimido. La válvula se cierra cuando se corta la alimentación y el émbolo vuelve a su posición original, bloqueando el flujo de aire.
La estructura de la válvula generalmente consta de un cuerpo de válvula, un conjunto de armadura, un diafragma, un conjunto de resorte y un puerto de entrada/salida. Se pueden elegir diferentes materiales para cada componente, dependiendo de las condiciones de trabajo, temperatura, presión y propiedades químicas del polvo y gas. Los materiales comunes incluyen aluminio, acero inoxidable, NBR, Viton, Teflón, etc.
Al elegir una válvula de pulso electromagnético, se deben tener en cuenta varios factores, como el tamaño, la forma y la capacidad del colector de polvo, el número y disposición de las bolsas de filtro, la duración y frecuencia del ciclo de pulso, la calidad y tipo de suministro de aire comprimido y el nivel de seguridad y confiabilidad requerido.